En un entorno digital en constante evolución, donde los comportamientos de los viajeros cambian al ritmo de la tecnología redefiniendo la manera en que buscan, compran y reservan sus viajes, el marketing tradicional ya no es suficiente.
Según Phocuswright, entramos en la era del B‑to‑AI (Business to Artificial Intelligence), que redefine la manera en que las marcas interactúan con sus audiencias. Esto significa que las empresas ya no solo se comunican con personas, sino también con asistentes virtuales, algoritmos y sistemas inteligentes que ayudan a los usuarios a tomar decisiones de viaje.
Este modelo cambia la estructura tradicional del marketing masivo, de los mensajes unidireccionales y las campañas diseñadas desde la intuición. Ahora, los datos lo dictan todo. La IA aprende, predice y actúa en tiempo real. Los algoritmos conversan entre sí, toman decisiones automatizadas y optimizan cada interacción para maximizar el impacto. En este escenario, la inteligencia artificial no es solo una herramienta de apoyo, es un actor fundamental dentro de la estrategia.
El verdadero reto está en cómo integrar esta nueva lógica sin perder el componente humano, emocional y ético que sigue siendo esencial en toda relación marca-consumidor, todo mientras se anticipa a las necesidades del consumidor incluso antes de que este sea consciente de ellas.
Esto significa que, como cualquier punto de contacto nuevo que surge (como las redes sociales, aplicaciones móviles y sitios web), debemos repensar cómo mostramos el destino ante los ojos del mundo. Ya no basta con contar nuestra historia: ahora debemos traducirla a un lenguaje que también entiendan las inteligencias artificiales que asesoran a viajeros en tiempo real.
Un ejemplo de adaptación a este cambio es el Planeador virtual desarrollado por Medellín.Travel en su sitio web, concebido como una herramienta innovadora que permite personalizar la experiencia turística de los visitantes, adaptándose a sus intereses, tiempos de estadía e intenciones de viaje. Este desarrollo incorporó inteligencia artificial, que analiza las respuestas de cada usuario para generar itinerarios personalizados y coherentes con sus expectativas y motivaciones de viaje. Con preguntas que fueron estratégicamente diseñadas para guiar la interacción, permitiendo una recolección precisa de información y una entrega final alineada con el perfil de cada viajero, esto sin dejar de lado la importancia del turismo responsable, con tour operadores oficiales, porque son clave para garantizar experiencias seguras, éticas y sostenibles, ya que estos prestadores cumplen con normativas y apoyan a las comunidades locales. Aunque el planeador de viajes pueda organizar otros aspectos del viaje, solo los operadores formales aseguran que la actividad turística se realice con criterios de calidad y respeto por el destino.
El B-to-AI representa una gran oportunidad para Medellín y Antioquia, territorios que han sabido destacar por su capacidad de transformación, innovación y liderazgo en turismo.