Un restaurante que a la postre mereció la denominación de atípico y de ambiente distinguido, donde prima la buena comida, la rumba desbocada y el incomparable servicio DeLuxe a los comensales.
Lo que comenzó con unas pocas mesas, fabricadas por él mismo con sus dotes de carpintero, un letrero hecho a manu, un sol, una luna, y una estrella, se convirtió poco a poco.
Andrés Carne de Res es un lugar recolector, reciclador, un espacio que se ha vestido con el tiempo, un ámbito que incorpora la alegría, sabores y cultura locombiana en una misma nave, en un mismo bus alucinado